11 mayo 2006

Visitas inesperadas

Me levanto temprano (10 a.m.), preparo el mate y pongo el agua en el fuego. Voy a buscar del cajón de las fotocopias algo que me faltaba leer de la facultad. Preferiría quedarme acostada pero cuando lo hago sin sueño me empiezo a maquinar.
Rocío se fue. No se a que hora pero no apareció en toda la mañana. Voy al baño. Me lavo la cara y me miro en el espejo. El flequillo no quedó como lo pretendía la noche anterior. Me peino. Agarro el pantalón y una remera que hay sobre la cama.
Me siento. Abro la fotocopia. Me pongo los anteojos de lectura que ya no sirven. Cuando vuelva a Bragado voy a la oculista. Seguro me receta otros nuevos con más graduación. Esta carrera no esta hecha para los que sufren hipermetropía. O las fotocopías no están hechas para nosotros.
Hoy me toca leer a mister Verón.
El agua se enfrió. El mate esta muy lavado. Viene Ro y lo arregla. Prendo el primer cigarrillo de la mañana (si mamá se enterara........).
Me habla pero no le sigo el discurso. No me levanté de buen humor vaya a saber porqué....
Ese Eliseo Verón es el que me jode la existencia. Que carajo me importa la materia significante.....pero bueno.... es lo que me gusta....que se yo......
Sentí una molestia en la rodilla. Otra vez la rótula no!!!. Miré y tantié. Ya una vez una cucaracha se me había subido. La muy tonta no podía hacer lo mismo dos veces.
Lo hizo. Bicho asqueroso. Encima no lo puedo matar porque soy muy cagona. Solo los duermo con el Raid mata cucarachas, y no es por hacer el chivo, pero es bastante efectivo.
Ella seguía. Se metió en mi remera. Me agarró un ataque de histeria como los que de vez en cuando tengo cuando las cosas no salen como quiero. ¿Qué hice? Me puse a llorar. Nada podía salirme peor. Rocío se sorprendió. Fueron muy pocas las veces que me vió en ese estado. Fue corriendo a la cosina y me la sacó con el trapo mojado. La mató con un pisotón que le hubiera dolido al vecino de abajo si novivieramos en un planta baja. La señora cucaracha murió lentamente pero me dejó el susto impreso durante toda la semana.
Como para leer Eliseo Verón... buena excusa!

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