25 mayo 2010

Ese Extraño Objeto de Deseo

Hay muchas personas en este mundo que pasaron su vida entera, incluso mueren, sin llegar a concretar ese acercamiento a su objeto de deseo.
Yo.
Personalmente considero que después de tanto tiempo tratando de conseguirlo entendí que un objeto de deseo es un objeto de deseo (miles de disculpas por la redundancia) porque es eso mismo.
Porque un objeto de deseo es algo que en realidad es más que el deseo mismo. Es algo o alguien que aunque lo tengamos a 1 cm de distancia no lo veríamos y si lo vemos en realidad no nos despertaría mayor interés. Porque en realidad esa es la gracia, si se puede llamar así, de tal objeto. Dormirnos, levantarnos, comer, salir a trabajar pensando en él. Ese extraño objeto que ni forma tiene, que se eleva ante los ojos de la fantasía para hacernos vivir en un mundo paralelo, muy lejano a ese mundo del que hablan los psicólogos.
Un mundo común y corriente. Sobre el que apoyamos nuestros pies mientras los sentidos se despegan del piso.
Tal objeto inalcanzable se ubica entre el limite de nuestra realidad y el deseo más intimo, hasta el más reprimido.
Por eso, porque no podría morir pensando en él. Prefiero mantenerlo en la fantasía.
Al hacerlo realidad estaría cambiando un momento de placer por una vida en busca de un nuevo objeto y en la frustante realidad que poco deja de libertad a nuestra imaginación.
Podría ser tratada de inocente o básicamente idiota, pero es una buena manera de que al fin de cuentas todo tenga un sentido.
O NO.