02 noviembre 2008

¿Buscar qué?

Dejar de buscar bajo la cama, la alfombra pegada al suelo. Dejar de buscar.

Buscar en los cordones de las calles, en las vías del tren, en las masetas de las plantas.

Dejar de buscar.

Buscar en ceniceros, en los rincones húmedos del baño y en los almohadones de los sillones.

En las risas de los amigos, que me miran escandalizados por mi persistencia.

No es la pieza del rompecabezas ni el capuchón de una lapicera.

Sos él que de vez en cuando me recuerda a lo que era.

Los viejos (remasterizados)

Es la desesperación de terminar la semana y las ganas de tirarme a la cama.

Es la necesidad de tralquilidad pero acá se potencia.

Y esto antes se superaba... con un cigarro. Ahora no hay nada.

Y las ganas de prender uno, tirar el humo y volver a estar en la misma.

Porque el sillón nos espera enfrente de la tele para drogarnos un poco más.

Para estupidizarme un poco más.

Porque cuando pienso, no pienso. Maquino.

Y cuando maquino, no razono, me hundo. No en desesperación, es espera.

No de amor.
No de sed.




20 octubre 2008

A la Nada

Un día Carolina dijo basta. Con lo que no contaba era que aunque lo dijera mil veces, el "basta no significaba nada si no cambiaba. Pero de esto hace un tiempo. Aunque en lugar de ir por Ayacucho iba por Riobamba, veia que nada cambiaba. En vez de tomar el subte, cambiaba por el bondi pero las cosas no hacían la diferencia.
Un día cambió la estación. Callao por Pasteur. Y algo se tranformó, poco, pero sirvió.
Otro día prefirió la casa de un "desconocido" a estudiar en casa.
Iba camino a la facultad pero escogió una opción mejor... no mucho... los ojos del que hacía magia con los acordes en la boca.
Finalmente, quiso recordar el sabor de la indiferencia y se quedó sentada, cerca de un teclado hablandole a su concurrente musa... la Nada.

12 septiembre 2008

¿y dónde está mi musa?

Que difícil será escribir de ahora en adelante si no está la musa inspiradora de todas mis fábulas y verosímiles.
Intentar relatar cuando no hay historia que contar y aunque la haya ya no empuja a escribir algo realmente bueno como para luego releerla y decir: "Esto es casi bueno".
Antes era parcialmente distinto, porque eran otras épocas o porque vivíamos en una realidad de burbujas. Pero era distinto, cualquier cosa nueva era el pie para algo mejor.
Algo que queríamos que sucediera, cueste lo que cueste, pero en la cabeza. En la realidad no encajaba. Nunca encajó.
Las musas flotaban en la cabeza, viajaban de un lado al otro. Acunaban y se asentaban en el inconsciente para después despertar y contar el sueño como algo que podía suceder. Pero en la cabeza, porque en la realidad nunca iba a encajar... (lo repetiría mil veces)
Cuando la inocencia veía que la realidad no era lo único que teníamos y que escapar nos alegraba el corazón aunque sea una noche.
Porque más allá del bien y del mal las musas estaban y nadie las podía abandonar.
Ahora, con lo años, todas esas historias ya no tienen sentido aunque sigue siendo hermoso e indispensable (e inalcanzable) volar hacia allá algunas veces.
La razón, las responsabilidades, las pocas horas de sueño y las frustraciones terminan acribillando cualquier sombra de fantasía.
(Y talvez te amaba más como una musa, y por eso no accedí a los cortejos poco directos y a las sonrisas temerosas desde lejos -por eso el cambio a la primera persona)
Y aunque ahora estas palabras vacuas retumben en la hoja, antes hubieran sido perfectas para mantener a mi musa más cerca, aún si fuese por minutos, hubiera desecho todo lo dicho y escribir desde lo hecho. Sea para bien o para mal.

14 agosto 2008

Como algo que presiona el pecho incesantemente... se espera lo que está por venir. Cuando se sabe que cada vez falta menos... para empezar a vivir mejor. La felicidad es un abuso de confianza en estos días. Por eso solo podemos pedir que por lo menos algunas cosas mejoren.
Y más que una alienación de planetas o casualidades/causalidades, ahora depende solo de confiar un poco más... de la persona que somos, no de la que quisieramos ser sino la que se despierta cada mañana.
La otra persona vive solo en la fantasía, la que se atreve a todo, la que toma de su entorno lo mejor y lo demás lo deja en el camino.
Porque cuesta vivir a los palos todos los días, tropezando con las baldozas mal puestas, con alguna vieja que riega las plantas del balcón y nos salpica la cabeza...
Porque revienta los nervios estar quien sabe cuanto tiempo esperando por rendir...
Pero es así. A muchos no nos toca vivir tranquilos.

22 mayo 2008

Sí, claro.
Nos hacemos los boludos un rato como para hacer acto de presencia y después desaparecemos.
Porque esta bueno creer que modificamos a una persona solo por decir dos o tres pavadas que ni nosotros nos las creemos. Decirte para no escucharte. Porque cada palabra agena de esta boca hace notar que ya no es amor. Sí, claro, somos grandes amigos.
Y que me importa si existe la amistad entre los sexos o si nó. Me importa creer que podemos ser algo, por lo menos eso.
Y tacho de los sintomas del enamoramiento, el imaginarme con vos más allá de lo que somos. Pero no sos vos... es el kilométrico ideal de vos conmigo, que nada se parece.
Lo que más cuesta es dejar todo atrás, no porque no pueda sino porque quiero, y eso es lo que duele.
Como se va cayendo Dios del cielo para pararse en frente mío y no llegarme a los talones.
Ni aunque quisiera reconstruirte podría, porque te caíste solo.


-Caminar por Callao a las 5 de la mañana ahora tiene sentido, porque sola puedo caminar en el medio de la calle y no hay nadie que grita desde la vereda-

10 abril 2008

Perdidos

Pensar que es otro día más de esos que dijimos no se iban a repetir y firmes en el suelo sonreímos.
Nuestra última vez llovía de abajo para arriba y nos agachamos a oler la tierra mojada o para completar los acordes de la despedida anunciada por las vidas pasadas o el pesimismo presente.
Pero no es más que una cara en la luz, nada distinta a las demás. En una luz que se va a apagar, como las demás. Una luz dentro de una cabeza que va a dejar de pensar, como las demás. Porque no intentamos hacer la diferencia.
Y, mientras escuchamos como la lluvia fría de afuera golpea en la ventana semiabierta, choca y se multiplica en miles de pequeñas gotitas, nos hundimos en el colchón y el aire se va acabando.
Solo queda un pequeño momento entre apoyar el cuerpo en la cama y buscar un pensamiento común esperando que se haga de día para que luego se haga de noche. Tachando días en el almanaque.
Pensar que es solo otra manera de hablar por mí cuando intento que cierres la boca y te vayas.
Es otra manera de expresar mi decepción por no destruir todo esto antes, cuando las cuerdas habían lastimado los dedos y el tiempo borrado la sonrisa.

Así...como esa guitarra en el fondo del placard.

¿Cómo saber si llueve afuera, si esta casa es como un tupper los días como hoy?
En que las sábanas son libros revueltos todos tirados por ahí. Si no hay olor a humedad porque los espirales colman el ambiente... porque los mosquitos devastan la habitación.
No es tan dramática la escena.
El agua para el mate se hirve y la tiro y la pongo al fuego mil veces. Así pasan los minutos y ni un mate al organismo.
Y la noche se consume como los cigarros de antes... y el tilo que es una mentira.
El celular, que no suena, está paralizado en el piso sin molestar o por lo menos hacer notar que el mundo sigue girando allá afuera.
Si entre la comunicación y el pensamiento no hago una.
El pensamiento que empeora cada minuto un poco más, cada segundo me siento una estúpida esperando que alguien se de cuenta de que hace mucho no aparezco. Que me descancé en la cama y me olvidé del acolchado raro, la ventana entreabierta y la guitarra posando buscando habilidosos.
Y hoy soy como la guitarra abandonada. En el cuarto. En el rincón. Lejos de las ventanas, como para saber si llueve.

14 febrero 2008

Volviendo.
Una cosa importante ocurrió.
Deje de ser una viciosa asquerosa. Calculo que el hecho de darme cuenta de lo perjudicial que tenía mi amigo camellito de tabacolandia me hizo un click cuando me agitaba bajando las escaleras. Lo peor no es dejarlo, es crear una rutina distinta sin la caja posada en la heladera. Porque fue mi ansiolitico todos estos años, y ahora lo será el Lexotanil 3 miligramos. Por lo menos voy a dormir todas las noches.
Ahora no faltan los chupetines de colores con chicle en el centro. Tampoco van a faltar las caries pero no es mortal. Tal vez no me iba a morir por el cigarro pero quien sabe...

28 enero 2008

lejos/cerca

Ahora me voy.
Lejos de esta locura que ya no tiene nombre.
Lejos de buenas guitarras y acordes bien ejecutados.
Pero cerca.
Cerca de lo que duele y molesta.
Cerca de las tensiones y la madeja de nervios.
Lejos pero cerca.
Ya se a donde quiero estar.
Y no es ni lejos ni cerca...