20 diciembre 2007

7 deseos para el 2008

1º Deseo que no todo sea complicado. Que pueda escribir sin borrar una y otra vez lo que se me pasa por la cabeza y después con cambio de tema se pasa la inspiración y chau.

2º Deseo poder soportar vivir sola sin gritos ni charlas. NO! Deseo nunca estar sola.

3º Deseo que mi familia siga sumando y nunca reste. Si resta prefiero irme yo.

4º Deseo poder dejar de fumar.

5º Deseo que mis amigos nunca me defrauden.

6º Deseo romperle la boca a “ese” chico.

7º Deseo ser feliz completamente aunque sea un segundo en la vida.












Relatos Furtivos

2 de noviembre del 2007

¿Qué pasa?
Pasan mil cosas.
Es que todo se hace tan complicado y es cierto que uno también hace que las cosas no sean más fáciles pero a veces parece que uno fue muy hijo de puta en la otra vida.
Entonces es ahí donde me siento atada a lo que hay.
Y yo soy culpable de muchas de las cosas…
¿Por qué?
Porque no le dije a ese imbécil que entre en mi vida un poquito más…
Porque no escuche a nadie.
Porque escribí todo lo que quería ser cuando sea grande. Y ahora lo soy y estoy en el mismo escalón. Si la evolución dependiera de mí, seguiríamos siendo bárbaros.
Porque me miré en el espejo y me quedé con eso.
Porque me relaje antes de tiempo en el momento y en el lugar equivocado.
¿Cómo?
Simple… es como un mix de ingredientes que en cóctel tienen efectos nocivos. Si le ponemos un poco de inestabilidad, orgullo, soberbia a gusto y sobreestimación hacemos la vida más lamentable.
¿Cuándo?
No sé. Por eso digo que en algún momento habré sido muy mierda. Literalmente, eso es lo único que creo.
Y no digan que yo amplifico las cosas porque es así.
A veces creo que es como cuando miraba Sailor Moon. Es simpática la analogía pero nada más radical a lo mío. Cada vez que terminaba la temporada, empezaba otra vez con las misma escenas, con los malos del negaverso y todo lo otro.
Por lo menos Serena siempre se quedaba con el de la rosa (no se como se escribe el nombre, solo lo se pronunciar pero capaz que no lo escuchan).


24 de agosto del 2007

Deslumbrantes palabras mezcladas.
Tal vez para que nadie las entienda o sí, pero ellas dejan implícitamente que cada uno entienda lo que quiera. Sus sentidos son múltiples y eso es lo malo.
Y quieren saber más, conocer en profundidad lo que esconden.
Pero no.
Autor desconocido pero no anónimo.
Tampoco vamos a redundar en ello todo el tiempo porque sería seguir su juego y algunos no queremos participar. No se merece tal atención.
Y aquí es cuando la redundancia es imposible de domar...
cuando las palabras se corporizan forman una persona más o menos atractiva. Cualquiera pensaría que aparenta más un modelo prediseñado de esos de perfume de hombre que lo que realmente es. Pero eso es lo que busca, ni más ni menos que su espacio. Y basta de filosofía.
En fin, sucede que es objeto de subestimación. O eso cree. Nada más alejado pero conociendo “nada” del tema entiendo que su honor es demasiado cambiante e intolerable.
Y esporádicamente su cordura lo caracteriza porque nadie puede negar su esquizofrenia latente. Pero de la buena, de la que todos quieren un poco (o simplemente lo quieren a él para que les enseñe como se siente, pero ese es otro tema). ¿Por qué será? Muy pocos en realidad sabemos de sus dones, y cuantas han arrastrado sabanas sin saber quien era. Y cuantas las han envidiado.
Pero pasa siempre. Es feliz así, porque tiene todo. Nada más le importa.
Y ahora los que desconocidos somos ante sus ojos, nos conformamos porque no queda otra. Es imposible que pose ante nosotros con sus palabras, leyéndolas con susurros a nuestros oídos. Que parecen música. Porque nosotros no necesitamos sábanas para saber quien es. Y así será.
Así será mientras no queramos cambiar de roles.
Nadie quiere y nadie se atreve.