16 noviembre 2007

Al pasar…

Es en este momento en el que sin más pensar le ponemos fin a relatos melancólicos y un tanto despechados para darle inicio a una nueva etapa de no cambios pero sí de modificaciones. No profundas pero modificaciones al fin.
Bajando las escaleras oscuras del edificio, porque finalmente el ascensor está ocupado, una conglomeración de arañas en la panza empiezan a expandirse por todo el cuerpo. Queriendo avanzar pero algún intento de inercia me tira para atrás.
Igual sigo porque el teléfono ya sonó y nunca fui de las que se arrepiente en el último momento. Por lo menos cuando hay alguien esperando en la calle.
Último escalón de la serie y la sorpresa.
Sin chanes porque no se amoldan al manual de estilos pero vendría muy bien. Propongan cualquier expresión onomatopéyica acorde a la situación y es lo mismo.
En un período de tiempo que no alcanzo a determinar pero es entre que intenté que la llave entre en la cerradura y cuando un sujeto se dio vuelta, que capte como venía la mano.
(Explicándolo vulgarmente sería algo así como que cuando lo vi todas las arañas que tenía en la panza, si abría la boca, salían enloquecidas y lo atacaban).
No es la primera vez que me pasaba pero algo así.
Sin conjeturas de por medio (porque no había tiempo), la primera impresión detallaba perfectamente lo que horas más tarde iba a corroborar.
Y quién iba a decir que un soporte tecnológico nos iba a juntar. Pero por eso digo que las cosas se pueden modificar y tal vez las cosas no tienen que ir mal dos veces.
Obsesivo hasta la médula de nuestro punto en común. Su remera mandada a gravar con grandes letras en blanco, su música sonando automáticamente en el álbum que más le gusta: ese es el punto en común.
Pavas de mate de por medio hasta que dijo “gracias” pero la verdad que yo he llegado a tomar los mates fríos y seguía sin decir esa bendita frase. Que la vida, la facultad, la banda, las canciones, la vida…
Con el logo impreso en el omóplato y yo shokeada por la situación. No estaba acostumbrada a que haya una persona tan o más desquiciada por algo. Ese fanatismo en un momento me dio miedo porque tampoco existió la típica lucha por los egos, y eso me dio más miedo.
Y yo lo escuchaba atentamente y hablaba de sus interpretaciones, motivaciones y todas esas cosas. Y se reía y yo lo seguía pero a veces me perdía pero solo porque es costumbre.
Y como vino se fue. Pero no tan solo…

08 noviembre 2007




Everybody is


Kung-Foo Fighting!!!!!!!!!!!!!!


and we're waiting


to touch your printed back...





More than groopies!!