24 enero 2011

En un instante...

... me enojo con todos.
Por que en lo poco que va de vivir, ya me pasaron demasiadas cosas. Que no las cuente ya es otra cosa.
Pero cada situación parecida me revienta el alma, revuelve las entrañas y pierdo la razón.
Y me dicen cosas, generalmente ilógicas. Entender a todos, portarme bien, no ser impulsiva, escucharlos.
Ser condescendiente.
Ya estuve cerca de querer escapar del cuerpo, pero no por ser emocional sino por ser tan racional. Alguien dijo organizada, calculadora, ordenada, lógica.
Espero solo no ser la que ceda a las locuras de los otros, porque ya viví las mías propias.
Pero eran mías y no quiero que se maten en entenderme sino que no me hagan comprenderlos.
Ya me desgasté en hacer entender a todos que mi mundo es especial, que hay que luchar cada día para no desesperar. Que hay algunos fantasmas de vez en cuando, que hay miedos o algo muy parecido. Que cada día me siento mejor. Que cada cambio solo "parece" ser destructivo. Que no hay que mirar demasiado a futuro. Que no hay culpables y que hay cosas que forman la personalidad, a las patadas pero las forman.
A veces me enoja que a mi me haya pasado, pero hoy me doy cuenta que fui unas de las pocas afortunadas en darse la frente contra la pared y, medio mareada y tambaleando, encontrar el otro camino.