20 octubre 2008

A la Nada

Un día Carolina dijo basta. Con lo que no contaba era que aunque lo dijera mil veces, el "basta no significaba nada si no cambiaba. Pero de esto hace un tiempo. Aunque en lugar de ir por Ayacucho iba por Riobamba, veia que nada cambiaba. En vez de tomar el subte, cambiaba por el bondi pero las cosas no hacían la diferencia.
Un día cambió la estación. Callao por Pasteur. Y algo se tranformó, poco, pero sirvió.
Otro día prefirió la casa de un "desconocido" a estudiar en casa.
Iba camino a la facultad pero escogió una opción mejor... no mucho... los ojos del que hacía magia con los acordes en la boca.
Finalmente, quiso recordar el sabor de la indiferencia y se quedó sentada, cerca de un teclado hablandole a su concurrente musa... la Nada.