10 agosto 2006

KARMA....KARMA....KARMA...

¿Quién habré sido en la otra vida?, me pregunté el día que se me salió por segunda vez la rodilla. El reposo, el ibuprofeno y el agua Ser me hicieron recordar una frase que no por ser de Dave Grohl es célebre pero que hablaba del karma. "El karma no es un ajuste de cuentas de un ser pasado con el ser actual, sino una etapa de aprendizaje y evolución".
Qué mi vida sea analizada de "pi a pa" exclusivamente por mi no quiere decir que haya sido en el pasado un subdito de Freud.
Claro, en realidad esto tiene que ver tecnicamente con que uno tendría que aprender de los errores del pasado para no volver a cometerlos. Acá está el punto: cuando pretendo minimamente dejar de hacer cosas que duelen o molestan, llega un fulano/a de tal que machaca y machaca y la pobre boluda cae. No porque sea debilidad mental sino porque sorpresivamente uno siempre se derrumba en lo más simple o sencillo, LO FÁCIL.
Al karma lo confundí con la casualidad, y lo odié. La casualidad no es un designio del destino ni mucho menos pero a mi nunca me ha dado resultado. Las casualidades simples las pasé desapersividas (ni me di cuenta) y a las otras las tiré a la basura.
En conclusión ambos conceptos ridiculos y sin sentido común lo contrapuse y entendí que son exactamente opuesto el uno con el otro.
Las casualidades son ornamentos del karma.
Y es en ese momento en que entra él, de pura casualidad y porque es racional, y donde yo digo "karma..karma..karma..", y lo odio.

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