Es la desesperación de terminar la semana y las ganas de tirarme a la cama.
Es la necesidad de tralquilidad pero acá se potencia.
Y esto antes se superaba... con un cigarro. Ahora no hay nada.
Y las ganas de prender uno, tirar el humo y volver a estar en la misma.
Porque el sillón nos espera enfrente de la tele para drogarnos un poco más.
Para estupidizarme un poco más.
Porque cuando pienso, no pienso. Maquino.
Y cuando maquino, no razono, me hundo. No en desesperación, es espera.
No de amor.
Es la necesidad de tralquilidad pero acá se potencia.
Y esto antes se superaba... con un cigarro. Ahora no hay nada.
Y las ganas de prender uno, tirar el humo y volver a estar en la misma.
Porque el sillón nos espera enfrente de la tele para drogarnos un poco más.
Para estupidizarme un poco más.
Porque cuando pienso, no pienso. Maquino.
Y cuando maquino, no razono, me hundo. No en desesperación, es espera.
No de amor.
No de sed.
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