30 agosto 2007

Un momento en la noche del miércoles

Que capacidad esa de hacer de una persona la Mierda más grande. Y no porque uno de motivos sino porque el ego de algunos individuos se hace inmanejable. Uno siempre esta con el pecho inflado pero cuando hay otro igual, es sellado a muerte que nada puede terminar bien. Porque nadie va a ser el segundo, el que no tenga la última palabra y es ahí­ cuando los gestos cambian y con ellos las actitudes. ¿Y quién es el más fuerte? Nadie. Son dos idiotas buscando un poco de atención porque de otra manera son un cuerpo amorfo que rebota entre la tierra y el aire. Al final del dí­a hacemos lo que todo el mundo dice que no hace porque opaca una imagen completamente subjetiva de si ­mismo, y se da vuelta en la cama entendiendo que el otro no estaba tan equivocado, pero se consuela con que mañana todo va a estar bien y que la frente esta limpia y pulida como siempre.

Dedicado a mi hermano.