30 septiembre 2007

(Silencio)
Mirá detrás tuyo. Sin miedo. No hay nadie parecido en otras caras.
Solo desarreglate un poco el pelo.
(Silencio)
Lo que necesitas está en el arte de tus palabras.
Esas palabras que suenan y retumban como ecos en sus cabezas.
Que a veces repercuten como sustancias asesinas en el cuerpo y se expande.
Llevándose la poca cordura que queda en estas mentes inadaptadas a tus códigos.
Quiero silencio porque demasiado ruido hiciste.
Ahora que ni respirar podes, hablo yo.
Sin palabras, ni miradas inapropiadas porque no es la intención. No la mía.
(Silencio)
Frente a frente, y te miro. Ídem vos.
¿Y ahora?
(Silencio)
Te leo entre líneas el proceso que formas entre la retina y el cerebro.
Pero hablo por mí.
¿Qué ves?
Creo no esconder demasiado, pero aguanto, como quien raspa las uñas contra la pared.
Te estoy escuchando suave. Presionado por tu propio cuerpo y suspiras como quien no aguanta más el aire debajo del agua.
Y otra vez el ruido y las palabras no escritas ni pronunciadas, pero tangibles.
(Silencio)
Después del gran respiro…

1 comentario:

Anónimo dijo...

mi amor.. es genial me encanta
cada vez mejor tus palabras.. y me re llego lo que escribiste
muy sincero
te adoro!