09 julio 2007

Parada en el centro de la noche mareada por las luces que llegan desde algún lugar. No muy lejanas dilatan las pupilas y queman.
Sola acá y allá.
Con compañía que no acompaña. De relleno que a veces es lastre.
Solucionando causas perdidas, que se esfuman con el tiempo.
“Tanto tiempo perdido” y sin victorias adyacentes.
Todos lejos de sí. Se los observa felices pero no es real, nada es real.
Palpitación de algo dentro de mí, algo que había terminado en el cambio de dos estaciones.
Sin perfumes. Sin contacto. Sin palabras.
No veo nada, el inconsciente habrá bloqueado todo lo que quería ver.
Quería.
Presencias se sienten más allá. Porqué se que estás como también vos.
Porqué cuando hablas sabes quien soy y que no hay una sola cosa que haga recordarte.
Y crees saberlo todo cuando estás tan lejos. Como yo lo estaba.
Y sos un nombre con apellido… sin cuerpo tangible, ni alma ni amores.
Es todo lo que fuiste, sos y serás al no admitir que no hacen falta besos para abrirte al medio y mirarte sin lupa.
Sin admitirlo, vas a tener mi odio y mi amor. Todo falso, imaginario.
Lo mismo vas a sentir.
Porque si no lo decimos vamos a gastar el mismo oxígeno una y otra vez, y va a ser lo único que compartamos.
Pero esto es tan falso como todo en lo que estás. Nada tuyo tendría que tener sentido más allá de vos. No para mí.
Yo no soy nada en esto y vos tampoco.
Ahora compartimos nuestra propia ausencia.
Felicitaciones.
Un paso… es… un paso.